miércoles, 31 de octubre de 2012

Tiras de pollo crujiente

Hoy traigo una riquísima receta muy fácil de hacer, muy sana y que gusta tanto que parece, cuando se lo comen, que es chuchería en lugar de comida, de verdad. Probadla y tendréis que darma la razón (jeje).

Paso directamente a los ingredientes:
  • pechugas de pollo (una por persona)
  • aceite
  • cereales
  • queso rallado
  • pimentón dulce (también se puede añadir pimentón picante si gusta)
  • sal

La preparación es bien sencilla. Se cortan las pechugas de pollo en tiras y se les echa un poco de sal (no muy largas, para que se puedan comer con las manos, si se quiere, claro). Aparte, en un bol, se echan los cereales (la cantidad la iréis viendo según la cantidad de pollo a rebozar) y se machacan.



Una vez hecho esto, se añade a los cereales machacados el queso rallado y el pimentón. Se mezcla bien.



En otro recipiente, se vierte aceite de oliva crudo y se pasa por él el pollo en tiras.



Justo después, se reboza con la mezcla de cereales, queso rallado y pimentón.



A continuación, se colocan en una bandeja de horno sobre papel de plata.



Cuando estén todas las tiras dispuestas en la bandeja de horno, ésta se introduce en el horno ya precalentado y se pone a 180º, a media altura y con el calor arriba y bajo durante 20 ó 30 minutos. Comprobadlo porque, como siempre digo, cada horno es un mundo, y sabréis que están listas cuando estén doradas.



Ya veréis qué ricas que están. Los niños y los no tan niños las devoran y siempre piden más ;)

martes, 30 de octubre de 2012

Crema de calabacines

Hoy toca una rica y sanísima crema de calabacines. Era la única forma de que los comiera de pequeña (típico) y ahora es una de esas delicias que hacen que se te haga la boca agua de sólo pensarlo.

Es un plato que prácticamente todo el mundo sabe hacer, pero yo lo hago de forma diferente a la mayoría de la gente que conozco. Así que a ver si os gusta mi método.

Ingredientes:
  • 4 calabacines medianos (es decir, unos 1,2 kg, aproximadamente)
  • leche
  • 2 ó 3 quesitos
  • aceite
  • sal al gusto


Se pelan y se trocean los calabacines y se echan en una sartén con aceite y sal (y aquí está la diferencia. La mayoría de la gente cuece los calabacines, yo los paso por la sartén hasta que estén bien tiernos).


Se mueven de vez en cuando y una vez que estén tiernos (se sabrá al removerlos) se apaga el fuego y se retiran.




Se vierten los calabacines troceados y ya pochados en el vaso de una batidora y se empieza a batir. Mientras se está batiendo se va añadiendo un chorreón de leche (ya depende de lo espesa o líquida que quieras la crema) y dos o tres quesitos (yo echo tres, pero es que a mí me gusta mucho el queso).

Se deja batir un ratito más y listo.


Sano, rico, ligero y perfecto para esta época del año.

viernes, 26 de octubre de 2012

Cualquier otro día




Autor de obras tan conocidas (sobre todo por sus versiones cinematográficas) como Mystic River o Shutter Island, entre otras, Dennis Lehane se enfrenta en esta novela a una doble tarea: contarnos la historia de varios personajes, principalmente dos, Luther Laurence y Danny Coughlin, y enmarcarlo todo de forma coherente y respetuosa con los acontecimientos en un contexto histórico que luego se comprendió clave para la historia de todo el país.
La novela está ambientada en Boston en 1919, época clave por los movimientos sindicalistas, el terrorismo anarquista y las grandes huelgas llevadas a cabo en varios sectores importantes de la sociedad y la economía americanas que las hacen tambalear. Es también época de posguerra (acaba de terminar la primera guerra mundial) y la sociedad se vuelve violentamente contra todo lo que no es considerado auténticamente americano: cae enormemente la entrada de inmigrantes y el odio racial actúa con gran virulencia, como testimonia la masacre de East St. Louis en 1917 que se menciona en la novela.
Toda esta convulsión histórica es el marco impresionante en el que se mueven los dos personajes principales. Luther Laurence, un negro que huye a Boston tras haberse visto implicado en un crimen y cuya única salida laboral es la de trabajar como criado de los blancos, y Danny Coughlin, un policía de origen irlandés, hijo de un capitán de policía, que se ve cada vez más involucrado con los líderes sindicales y con las ideas de justicia laboral que proclaman. Juntos y por separado, se ven rodeados y a veces superados por la crispación, la violencia creciente, el descontento y el miedo, todo un ambiente que el autor presenta al lector de forma brillante, y cuyo culmen es el hecho histórico que tuvo lugar a finales de 1919 con la primera huelga de policías en toda la historia de los Estados Unidos, con consecuencias catastróficas para la ciudad de Boston.
A pesar de considerarse dentro del género de novela negra, desde mi punto de vista esta obra no termina de encajar en esa etiqueta, va más allá de ella y no cumple con algunos de los más importantes elementos que necesitaría para incluirse en dicho género (recuérdese al gran maestro Dashiel Hammett y sus obras).
El libro está bien y correctamente escrito, con una prosa limpia, directa y sin pretensiones. Es bastante entretenido de leer, con una historia que atrapa poco a poco gracias sobre todo al contexto de acontecimientos históricos que envuelven, enmarcan y dan realmente vida a la novela, convirtiéndose, por tanto, en lo mejor de ella.

Autor: Dennis Lehane
Título original: The Given Day
Editorial: RBA Libros, S.A. 2010
ISBN: 978-84-9006-108-4

Ensalada de la familia

Uno de mis platos favoritos es, sin lugar a duda, las ensaladas, y esta es una de las mejores y más sabrosas de todas las que se comen en mi casa, por lo que me he decidido a escogerla para comentarla en mi blog.

No os asustéis por la cantidad de ingredientes que tiene, porque en realidad es cuestión de añadirlos y listo.

Empiezo, pues, por los ingredientes:
  • 1 bolsa de ensalada fresca (150 gr)
  • 1 bolsa de rúcula (50 gr)
  • 1 manzana (tipo Granny o Golden)
  • 150 gr de queso parmesano
  • pipas peladas
  • nueces peladas
  • piñones
  • cebolla frita crujiente
  • pasas sultanas
  • albahaca
  • crema de vinagre balsámico
  • aceite

Todos estos ingredientes se pueden encontrar en Mercadona porque allí es donde yo los adquiero para hacer esta ensalada que ya veréis qué rica está.

Primero, como es obvio, se vierte el contenido de las bolsas de ensalada fresca y de rúcula en un bol. Para que os hagáis una idea de cómo es os muestro una foto.


Os enseño también una foto del resto de los ingredientes.



Aparte se pica la manzana.



Una vez hecho, la manzana troceada se añade a la ensalada junto con un poco de albahaca, un puñado de pipas y nueces peladas, otro puñado de piñones, de cebolla frita crujiente y otro de pasas sultanas (que, aunque su nombre parezca indicar lo contrario, son las pequeñitas).

Ahora se coge el queso parmesano y se lamina como se ve en la siguiente imagen.




Se puede hacer con un rallador normal, con un cuchillo o con un pelador como aparece en la fotografía. Yo recomiendo el pelador porque tiene múltiples usos (sirve para rallar y pelar un montón de cosas) y es rapidísimo.

Os muestro una foto del pelador para que, en el caso de que no lo tengáis, os hagáis con uno porque merece la pena y no es nada caro.





Una vez se ha añadido el queso, se echa aceite, se mezcla bien, y por último se echa un chorreón de crema de vinagre balsámico. Se vuelve a mezclar bien y listo. De verdad que es una ensalada de esas que quitan el sentido. Mmmmm, qué rico!!



Espero que os guste y buen provecho!!!!

jueves, 25 de octubre de 2012

Rollo de york y queso

Hoy por fin cumplo una promesa que hice hace un par de semanas como mínimo. Publico esta sencillísima receta que mis amigas que tienen hijos estaban deseando que sacara en el blog, porque es ligera y por lo tanto una buena idea para cenar. Y la verdad, se hace en un momento. 

Pues eso, que gracias por vuestra paciencia y aquí está finalmente.

Empiezo con los ingredientes y luego concreto un poco al respecto.

Ingredientes:
  • Una lámina de hojaldre
  • 2 huevos
  • 1 paquete de queso en lonchas
  • 1 paquete de jamón york en lonchas
  • harina
  • aceite

Ahora explico lo de los ingredientes. Según mi experiencia, este plato está tan rico y es tan liviano para el estómago (y yo soy de las que tengo digestiones bastante pesadas y no me pasa con esta comida), que lo que ocurre es que todo el mundo quiere repetir (supongo que para cenar no ocurrirá tanto, pero os aseguro que para comer pasa siempre). Por ello, si es para dos personas, con la cantidad de ingredientes que he indicado basta y se puede repetir; si lo vais a combinar con otro plato, es suficiente para tres personas. Pero, si creéis que podéis repetir y sois tres personas o incluso cuatro o más, entonces necesitaréis el doble, es decir, dos láminas de hojaldre, tres huevos, dos paquetes de queso en lonchas y dos paquetes de jamón jork en lonchas (uno para cada rollo, respectivamente - con tres huevos para las dos láminas es más que suficiente -).

Espero que me haya explicado bien. Y ahora paso a contar cómo se hace, veréis qué sencillo es.

Primero se descongela la lámina de hojaldre (tened cuidado con esto porque si la tenéis demasiado tiempo fuera del congelador se convierte en chicle y entonces es imposible manejarla y por lo tanto utilizarla; con una media hora es suficiente). Luego con un poco de harina (de otra forma se pega a cualquier superficie) y un rodillo de amasar se extiende el hojaldre.






Une vez extendida más o menos como se muestra en la foto de arriba, se baten los huevos y con la ayuda de una brocha de cocina se extiende una capa de huevo batido (tiene que sobrar huevo batido).


Una vez hecho esto, se pone el queso en lonchas por toda las superficie de la masa de hojaldre.



Seguidamente, y encima de la capa de queso, se hace lo mismo con el jamón york en lonchas.


Tras esto se enrolla la masa de hojaldre con todo su contenido.




Después se unta una bandeja de horno con aceite y se coloca el rollo en dicha bandeja. A continuación, se unta todo el rollo con el resto del huevo batido.



Por fin se mete en el horno precalentado (es decir, diez minutos a máxima potencia) y se hace a 180º durante 20 ó 30 minutos, dependiendo del horno. Lo que recomiendo es que le echéis un vistazo hasta que veáis que esté dorado, porque cada horno es un mundo.



En la foto queda un poco raro pero es que tuve que parar la cocción del horno para que los comensales no se lo comieran frío (llegaron más tarde de lo que yo había calculado). Generalmente queda un poco más alto y con mejor aspecto. En cualquier caso, está riquísimo.



Quizá la explicación del proceso haya quedado un poco larga, pero os aseguro que el plato está listo para comer en menos de 45 minutos. En mi casa gusta tanto, que lo hago todas las semanas, y a veces más de una vez.

Espero que os guste y que os aproveche!!!!

miércoles, 24 de octubre de 2012

El ruido de las cosas al caer




Hoy toca hablar de literatura, que hacía tiempo que tenía ganas, la verdad. El libro que he escogido fue premio Alfaguara de novela 2011. A mí lo de los premios, en la inmensa mayoría de los casos, es algo que me ha sido indiferente siempre, supongo en gran parte porque soy una amante de los clásicos y la literatura actual, en numerosísimos casos y en mi humilde opinión, deja bastante que desear.
Desde luego no es el caso de este librito (sólo tiene 259 páginas), quinta novela de Juan Gabriel Vásquez, que con un título tan hermoso nos promete una prosa cuidadosa y evocadora. ¿Lo consigue? En la primera mitad del libro, sin duda.
La historia gira en torno a Antonio Yammara, el protagonista de la historia, y su relación y obsesión con Ricardo Laverde, especialmente después de que éste sea asesinado y el propio Yammara sufra graves heridas en el mismo atentado.
El miedo le invade y le domina tras el incidente y le convierte prácticamente en un inválido existencial. Se convence de que resolver el enigma de Laverde le indicará el camino de salida de esa encrucijada vital, por lo que emprende una investigación sobre los acontecimientos que antecedieron a la muerte de Laverde, lo que le llevará a recorrer parte de la historia colombiana desde los inicios del negocio de la droga en Colombia hasta pocos días antes del asesinato de Ricardo Laverde. De esta forma comprenderá que el miedo es algo compartido con toda una generación bogotana que vivió desde la infancia las primeras manifestaciones de poder y violencia de los grandes capos de la mafia.
La novela empieza de forma brillante, preciosa diría yo, con un incidente aparentemente desconectado de la historia que anticipa el uso de pequeños e insignificantes detalles, palabras, objetos, sucesos o incluso personajes que en realidad dan mayor profundidad no sólo a la historia sino también a la prosa misma, lo que le aporta una inmensa belleza que, al menos yo, hacía tiempo que no apreciaba en un autor en activo.
El problema de la novela viene a la mitad de la misma. Es como si, en unas pocas páginas, el libro perdiera la magia e incluso el interés, dejando un sabor de desencanto e insatisfacción que no anticipa desde luego nada la primera parte. Pareciera como si al autor le hubiera entrado un gran aburrimiento de su propia obra y que, desde luego, consigue traspasar al lector.
En cualquier caso, la primera mitad es toda una fuente de placer literario, y por ello, a pesar de la decepcionante segunda mitad, recomiendo su lectura tan solo por el gusto de disfrutar y deleitarse en la primera.

Autor: Juan Gabriel Vásquez
Título: El ruido de las cosas al caer
Editorial Alfaguara
ISBN: 9788420475073

martes, 23 de octubre de 2012

Pastel de puré de patatas

Hola de nuevo. Sé que he estado ausente un tiempecito, pero he estado y sigo estando algo malita, no obstante no quería dejar de incluir más recetas y truquitos para todos aquellos que estén interesados.

Bueno, pues esta receta de hoy es bien sencilla, está riquísima y te puede sacar de cualquier apuro, y algo que a mis amigas les encantará: gusta muy especialmente a los niños de cualquier edad (jajajaja).

Los ingredientes son:
  • 1 kg de patatas
  • 200 gr de york cortado en daditos o 2 latas de atún en aceite (según lo prefieras. Yo la primera vez lo hice con atún, pero luego me pasé al york, me resulta más suave. En cualquier caso, aquí juega la imaginación, se puede añadir el ingrediente que se prefiera)
  • 300 gr de queso rallado
  • leche
  • margarina o mantequilla
  • sal

Se lavan las patatas y se ponen en una cacerola con agua a hervir. Esto es lo que más tarda, pero os aseguro que merece la pena. Procurad que las patatas sean todas del mismo tamaño para que estén hechas todas al mismo tiempo, de otra forma se harán antes las pequeñas y las grandes necesitarán más tiempo. Si, por ejemplo, se trata de cuatro patatas medianas, desde que el agua echa a hervir, calculad que estarán listas en 30 ó 40 minutos. Antes de sacarlas del fuego, no obstante, pincharlas (yo lo hago con un cuchillo de carne) para aseguraros de que están tiernas.

Una vez fuera del fuego, hay que quitar la piel (cuidado porque estarán muy calientes) que se hace en un pispás porque prácticamente sale sola.

Se ponen en un bol grande y se machacan con un instrumento especial para hacer puré de patatas.


Se machacan como he dicho las patatas y se añade sal al gusto, un buen chorreón de leche (depende de que se quiera más o menos espeso el puré) y como una media cucharada sopera de margarina (o mantequilla si se prefiere).

Se vuelve a machacar y a mezclar bien todo y se añade finalmente el york en daditos (o el atún escurrido) y 200 gr de queso rallado. Se mezcla todo bien ya con una cuchara o instrumento similar.



Se vierte toda la mezcla en un recipiente de horno y se extiende bien para que quede igualadito por todas partes. Finalmente se echa el resto del queso rallado por encima.


Se mete en el horno previamente calentado (yo suelo ponerlo diez minutos a máxima potencia) y se deja hacer unos diez minutos con el calor por arriba y por abajo a unos 200º ó 180º. Después de eso se gratina durante unos cinco minutos (es decir, con el calor sólo por arriba y a máxima potencia).
Y listo!!!


¿A que tiene buena pinta? Pues más rico está, así que: ¡a disfrutar!

jueves, 11 de octubre de 2012

Pollo al cava

Hola de nuevo. Hoy voy a daros la receta de un plato clásico pero que gusta a todos, desde los pequeños a los mayores y que espero que os guste también a vosotros.

Recetas de este tipo de platos hay unas cuantas, pero después de probar varias maneras de hacerlo, de quitar y añadir ingredientes (como siempre hago, jeje), esta es la manera que a mí más me gusta, sobre todo porque no sabe mucho a nata, que la verdad que a mí no me gusta mucho.

Empecemos con los ingredientes (para 4 personas):
  • unas 4 pechugas de pollo
  • 2 cebollas
  • unos 300 gr de champiñones laminados
  • dos tetrabricks de los pequeños de nata para cocinar (unos 400 ó 450 ml)
  • un sobre de crema de champiñones
  • un benjamín de cava
  • aceite 
  • sal (al gusto)

Para preparar este plato tan rico (y que requiere un poco más de tiempo que el anterior), yo troceo las pechugas en cuadrados de 2x2 cm aproximadamente (pero eso va completamente al gusto de cada cual, puede sólo filetearse, pero yo lo prefiero en trozos porque es más cómodo de comer, especialmente para los que tienen niños) y, tras echarles un poco de sal y pimienta, los paso por la sartén (que sea honda, que luego habrá que añadir más ingredientes) con un chorreón de aceite hasta que queden ligeramente dorados (no mucho porque de otra forma el pollo se seca y habremos estropeado la comida). Cuando he acabado, saco los trozos y los reservo aparte. En el mismo aceite (yo siempre tengo que echarle más) se sofríe la cebolla picadita. Justo antes de que empiece a dorarse (que es cuando empieza a ponerse amarilla) se echan los champiñones (que yo troceo un poco para que no sean más grandes que los trozos de pollo).


Cuando esté todo pochadito, añado la nata, remuevo y, a fuego bajo, dejo que se haga un rato moviendo de vez en cuando (yo suelo dejar que se haga durante unos 5 minutos), luego añado el pollo que había dejado reservado y remuevo otra vez.



Dejo que se haga un poco más (otros 5 minutos) y luego añado la botellita de cava (a la que se le da el nombre de benjamín porque es una pequeñita). Remuevo bien y dejo cocer para que se vayan los vapores del alcohol y se haga bien la salsa. De esta forma el pollo no queda seco y está tiernecito, ya veréis.



Cuando veo que la salsa ya está casi hecha, añado la crema de champiñones (uso la misma que la que indiqué para el pastel de carne con espinacas), remuevo y dejo que se haga unos 5 ó 10 minutos más.



Y listo!




Se puede acompañar con patatas o con arroz. En mi casa se come mucho con arroz porque les gusta mezclarlo todo en el plato. Las costumbres de cada uno, supongo, pero la verdad es que queda muy rico.

Bueno, espero que os guste!!!

martes, 9 de octubre de 2012

Pastel de carne con espinacas

Mi primera entrada se la dedico a una receta super sencilla de hacer, riquísima y con muchas propiedades, pues la verdad es que no le falta de nada. Y puedo añadir que, a mí que me hace daño en el estómago casi todo, esto me sienta de maravilla.

Bueno, los ingredientes son los siguientes:
  • una bandeja de las grandes de carne picada de ternera (unos 500 gr.)
  • dos tacos de espinacas congeladas de los que viene en un paquete en Mercadona (que vienen a ser unos 200 gr. aproximadamente)
  • una bolsa de queso rallado (unos 200 gr)
  • un puñado de pasas (al gusto, pero recomiendo que las añadáis. A mí no me gustan las pasas así que al principio no las echaba, pero un día me dio el punto y quise ver cómo quedaba, y mejora el plato una barbaridad)
  • un puñado de piñones
  • dos o tres huevos
  • un sobre de crema de champiñones (yo uso uno de Mercadona que en teoría está listo para calentar y tomar, yo lo echo directamente, como luego tiene que hacerse el pastel de todas formas)
  • sal
Y ahora la preparación, veréis como no hay cosa más fácil.

Yo lo echo todo en un bol grande con un poquito de sal y con unos guantes como de cirujano pero para cocinar (es que soy un poco escrupulosa) lo mezclo todo bien con las manos.

Luego cojo un molde (yo utilizo uno de silicona porque son, sin duda, los mejores) y lo unto un poquitín con aceite (aunque en teoría no es necesario). Vierto la mezcla en el molde y lo meto en el microondas durante 15 minutos.

Una vez que lo he sacado del microondas lo termino de hacer en el horno, unos 10 minutos a 180º. ¿Por qué lo hago así? Porque en el microondas necesitaría mucho más tiempo y sólo en el horno quedaría muy seco. Como yo lo hago, desde luego, queda perfecto.

A ver qué os parece




Rico, rico, os lo aseguro. Y se puede comer tanto caliente como frío, solo o con alguna salsa. Y desde luego con cualquier acompañamiento.

Si lo probáis, espero que os guste y que lo disfrutéis!!!